Una escapada a Viendo es siempre una buena opción. La ciudad de los palacios, de la música y de la tarta Sacher. He tenido la suerte de ir en dos ocasiones y como bien dicen, no hay dos sin tres, así que me visualizo en un futuro paseando de nuevo por los jardines de Schönbrunn. Es una ciudad perfecta para pasar un puente o un fin de semana largo. Si te organizas bien, puedes disfrutarla mucho y sin prisas. Para darte los deberes hechos, aquí tienes una ruta de 3 días con lo que no te puedes perder en Viena.
DIA 1 CENTRO Y PALACIO HOFBURG
El centro de Viena es el lugar ideal para comenzar a conocer la ciudad. Partiremos la ruta desde la iglesia de St. Rupert que es probablemente la iglesia más antigua de la ciudad. Muy cerquita, nos dirigimos a la Plaza Hoher Markt pasando por debajo del reloj astronómico Ankeruhr. Y de aquí ya nos dirigimos a Stephansplatz donde se encuentra la Catedral de Viena St. Stephan de arquitectura gótica. Este es uno de los principales puntos de interés de Viena y por supuesto un buen lugar de encuentro.
Desde allí cogemos la calle peatonal Graben, una de las principales vías comerciales. Allí verás la Pestsaule, una columna dorada en representación de la gran peste de 1679 y que acabó con miles de personas. Una vez llegamos al final, giramos a la izquierda en Kohlmarkt hasta encontrarnos con la pastelería más famosa de Viena Demel. Podemos aprovechar en deleitarnos con un buen trozo de tarta y café.
Esta calle llega hasta Michaelerplatz en donde veremos una de las entradas al recinto del Palacio de Hofburg. En la actualidad alberga el museo de Sissí, pero fue utilizado como la residencia habitual de los Habsburgo durante más de 600 años. Si hace un buen día podemos aprovechar a hacer un picnic en sus preciosos jardines.
Seguimos la ruta por detrás de Hofburg, hacia el museo Albertina, donde hacen diferentes exposiciones de arte. Aunque no quieras entrar al museo, lo que no te puedes perder es la vista desde lo alto de las escaleras (a pie de calle). Tendrás justo en frente el Hotel Sacher, así que si no te comiste la tarta en Demel, aquí tienes otra buena oportunidad para hacerlo. También tendrás las vistas al imponente edificio de la Ópera, uno de los más simbólicos de Viena. Lo mejor es dar una vuelta completa a este edificio y no perder detalle. Otra plaza de visita obligatoria, muy cerca de la Opera, es Karlsplatz donde se levanta la iglesia Karlskirche a un lado y el Musikverein en frente, quizá te suene de la tele, aquí hacen el famoso concierto de año nuevo.
Salimos a la avenida Opernring, una de las avenidas que forma parte del anillo que rodea la zona centro de Viena. Nos dirigimos hacia el oeste donde volveremos a pasar por los jardines de Hofburg, dejando el palacio a mano derecha. Justo a la misma altura del palacio, se encuentra al otro lado de la avenida el “Barrio de los Museos”, ya distinguirás dos edificio idénticos construidos en espejo que son el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte.
Seguimos por la misma avenida en la que estábamos hasta llegar al Parlamento, con una fachada de estilo templo griego. Justo en frente, los jardines Volksgarten. Ya te irás dando cuenta, pero Viena es una ciudad de jardines, todos cuidados al más mínimo detalle. Poco más adelante llegaremos a otros dos edificios simbólicos, a la derecha el teatro Burgtheater y en frente y mi favorito de toda la ciudad el Rathaus, el Ayuntamiento de Viena. Creo que la última vez que estuve en Viena fui cada día a verlo y es que si de día es alucinante, de noche iluminado es espectacular.
Creo que por hoy ya hemos hecho una buena ruta. Ahora toca descansar y reponer fuerzas para el día siguiente.
DIA 2 PALACIOS DE VIENA
Como bien decía, Viena es una ciudad de palacios, pero hay uno que es el que destaca por encima de los demás, ya sea por importancia y por dimensiones, es el Palacio de Schönbrunn. También conocido como el Versalles vienés, es uno de los edificios históricos más importantes de la ciudad. Ordenado construir como pabellón de caza de estilo barroco por Leopoldo I en el s. XVII, fue transformado por la emperatriz Maria Teresa en el s.XVIII en el palacio que vemos hoy en día. Fue utilizado como la residencia de verano de los Habsburgo durante varias generaciones.
Para llegar hasta allí hay que coger el metro hasta la parada de Schönbrunn, una vez salgas verás que ya se ve la parte trasera del palacio. Mi recomendación es hacer la visita por dentro, a mi no me decepcionó en absoluto. Los jardines son de acceso gratuito, así que si visitar palacios no es de tu interés, puedes hacer la visita exterior y pasear por los vastos jardines. Subir a la glorieta es gratis, pero para subir a la terraza de esta si que necesitas el ticket de entrada al palacio.
Por la tarde volvemos a coger el metro hasta Karlsplatz y vamos caminando hasta el Palacio de Belvedere. Fue construido en el s.XVIII para para el príncipe Eugenio de Saboya, tenía como fin convertirse en un recinto para celebrar fiestas y así aumentar la popularidad del príncipe. Hoy en día alberga los museos de Arte Barroco y de Arte Medieval. Pero aunque Aunque no quieras visitar los museos por dentro, es un lugar fabuloso para dar un paseo. Los jardines y alrededores del palacio son perfectos para relajarse un rato.
Si sobra tiempo, y te apetece disfrutar del aire libre, puedes ir caminando hasta Stadtpark, un parque tranquilo que bordea el largo de un canal.
DIA 3 DANUBIO Y PRATER
Hoy toca ir hacia el noreste de Viena, a una parte que todavía no conocemos, pero importante en esta ciudad. Se trata del rio Danubio, el más largo de la Unión Europea, y probablemente también el más caudaloso. Hacen cruceros fluviales que aunque no puedo recomendar por experiencia propia, seguro que no defraudan. Así que puede ser una buena opción para pasar la mañana.
Si no te apetece subirte a un barco, te propongo un plan activo y divertido. Visitar el parque Prater, que para mi más que un parque, es prácticamente un bosque. Es enorme, así que la mejor opción es alquilar unas bicis para recorrerlo.
Al medio dia puedes ir a comer a uno de los varios restaurante que hay allí en la zona del principio del parque. Y después ir a divertirte al Prater, un parque de atracciones a la antigua en la que reina el buen ambiente y la diversión. Aunque no te subas a las atracciones, no dudes en darte una vuelta por allí, y a poder ser subir a la noria Wiener Riesenrad, que es ni más ni menos que del s.XIX. Como curiosidad, fue utilizada en la II Guerra Mundial como torre de espionaje. Las vistas desde arriba son fascinantes.
A la salida del parque si ya el sol está más bajo, no te pierdas las vistas que hay a UNO City, la zona moderna de Viena, desde la orilla del Danubio donde está la iglesia de San Francisco de Asís. Este último edificio también te sorprenderá.
DONDE COMER
Mel`s craft beers & diner. Si sois amantes de las cervezas y las hamburguesas, este es vuestro lugar. Los platos son abundantes, todas las hamburguesas van acompañadas de una buena ración de patatas fritas, así que os garantizo que no saldréis con hambre. Elaboran sus propias cervezas y tienen una carta con una gran variedad de ellas. Es de precio medio, aunque sea un lugar de hamburguesas, es de buena calidad, nada de comida rápida.
Der Wiener Dewan. Este restaurante paquistaní es muy popular entre los jóvenes ya que es tan económico como tú quieras. Tienen varios platos a elegir donde tú mismo te sirves lo que quieras comer y cuanto quieras comer, pagarás lo que tú creas que cuesta tu comida. Lo único que tiene precio cerrado son las bebidas, excepto el agua, que es gratis. Como experiencia es curiosa, el sitio no tiene lujos pero es acogedor y agradable y la comida es sabrosa.
Naschmarkt. Mercado que no te puedes perder en Viena. Hay cientos de paradas donde comprar frutas, verduras, quesos… También paradas que son restaurantes donde disfrutar de un brunch o almuerzo a media mañana al sol en sus terrazas.
Aida. No os podéis ir de Viena sin probar una buena porción de tarta y aquí hay muchas y riquísimas. Hay varias por la ciudad, pero yo probé la que está en Stephanplatz. Mis recomendaciones, la tarta Mozart y la Cheesecake.
Hotel 25 hours. El rooftop de este hotel situado en el barrio de los museos es digno de visita, perfecto para una copa de media tarde o noche y disfrutar de las magníficas vistas. Un ambiente joven, agradable y sofisticado. Tiene también un restaurante con buena fama, aunque no llegamos a probarlo, sí que oí buenas críticas. Como dato curioso, tiene en su hall un fotomatón auténtico de época donde hacerte una tira de 4 fotos como recuerdo.
Café Einstein. Ubicado justo al lado del ayuntamiento, tiene buenos platos y buenos precios.
Figlmueller. Hay dos situados en el centro. Si queréis probar el auténtico Schnitzel vienés (escalope empanado), aquí es donde tenéis que ir. Eso si, aviso que el filete se sale (literalmente) del plato.
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