Andorra, el país de los Pirineos

Andorra es mayormente visitada como destino de compras, contando con kilómetros de calles comerciales, y para esquiadores, gracias a su enclave pirenaico, Andorra tiene aún mucho por ofrecer. Desde su gastronomía, sus yacimientos mesolíticos y sus tradiciones, y hasta el esquí, los balnearios y las rutas naturales, un territorio cuya oferta es tan inagotable como su belleza.  

El auténtico país de los Pirineos

Situado en el decimoséptimo puesto de los micro-Estados con menos de 1000km2 del mundo, el Principado de Andorra es un territorio único. En su escueta extensión sin litoral, sus casi 80.000 habitantes asisten a un furor turístico que, año tras año, puebla el ecosistema andorrano en busca de las delicias que ofrece el país. Desde el día de compras reglamentario en Andorra La Vella hasta toda clase de actividades en la nieve.

Tanto para quienes acuden a esquiar en Andorra en una de sus pistas o relajarse en sus prestigiosos balnearios, como para aquellos que aprovechan para comprar a precio más económico, la abundancia y variedad del ocio andorrano promete un viaje más que memorable. Especialmente concurrido en invierno por su recurso y oferta nival, una visita que siempre sabe a poco porque el deseo de volver se adueña de sus visitantes.

Andorra

Explorar Andorra más allá de sus postales

Como bien es sabido, el poder de atracción que infunda en los compradores viene dado porque el Principado de Andorra es un país libre de impuestos. Y es que la oportunidad de esquivar el IVA permite brindar una gran variedad de productos y servicios a precios asequibles. Una actividad que la mayoría de sus visitantes aborda después de gozar de la nieve, en paseos o por deporte, a lo largo de sus miles de hectáreas esquiables.

Asimismo, otros turistas acuden a Andorra por bienestar o en búsqueda de la naturaleza. En dicho caso, siendo dignos de mención sus increíbles spas y balnearios. De un lujo y una calidad que asegura la completa y máxima desconexión. Y además, en su mayoría rodeados por un entorno natural privilegiado, que llama a las actividades al aire libre como el senderismo, la hípica e incluso la pesca. Pero también a vivir la Andorra oculta.

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Un viaje al pasado andorrano

Contando con un largo itinerario entre monumentos románicos, pero también con una historia que se remonta al Mesolítico, visitar las ruinas del Medievo o asentamientos prehistóricos es una actividad interesante. Destacando la Balma de la Margineda, una de las grutas habitadas por los primeres hombres próximas a Grandvalira, la también estación de esquí cuyo dominio es el mayor de los Pirineos, con 210km de pistas.

En Andorra también se sitúan pueblos idílicos como herencia medieval. Algunos de estos, resguardados por las montañas como Llorts, conocido por su antigua mina de hierro, o Engolasters, a 1504 metros de altura y con un lago que guarda muchos misterios y leyendas. La mayoría de estas localidades, conectadas con rutas e itinerarios mágicos. Como el camino de los estanques de Querol y de las Salamandras, la Ruta del Ferro o el Camí de Sant Jaume.

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Penetrando en la esencia y el folklore popular de Andorra

Lejos del recorrido turístico típico, la experiencia de visitar Andorra de un modo mucho más inmersivo es vivir su cultura y tradiciones. Guardando unas fuertes similitudes con los rasgos y el folklore de Catalunya por sus lazos históricos, disfrutar de sus bailes populares como la Marratxa y el Contrapàs, o de sus ferias y festividades como la Diada de Meritxell o la cantada de caramelles, ideal para ver Andorra con otra mirada.

Si encontramos los establecimientos adecuados, podemos incluir en nuestro viaje una ruta gastronómica por el país de los Pirineos. Influenciada por Catalunya, pero también por la cocina francesa e italiana, destacando salsas como el alioli de membrillo o platos como el pato con pera de invierno. Y, para reconfortarnos del frío si visitamos el país en época nival, una tradicional taza de vino caliente acompaña bien en todo momento.  

Deportes de nieve en Andorra: entre la adrenalina y la diversión 

Pese a que muchos asocian el esquí a un deporte poco asequible, la verdad es que las ofertas de esquí y viajes a la nieve en Andorra es extensa y muy variada. En Estiber, por ejemplo, especializada en este tipo de ofertas tanto para Andorra como para España y Francia, pudiendo economizar el alojamiento y el fortfait con gran sencillez. Dato a tener en cuenta para diversificar la vasta oferta de la que dispone Andorra.

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Reuniendo miles de esquiadores año tras año, nombres como Vallnord – Pal Arinsal, la mencionada Grandvallira Ordino Arcalís son sólo algunos de los nombres de sus estaciones de esquí más conocidas. Sólo entre las dos primeras estaciones, sumando 3.075 hectáreas esquiables y centenares de kilómetros de pistas. Y muy variadas. En algunos casos, aptas para todos los públicos más allá del visitante o turista deportivo.

Entre ellas, Naturlandia —con parque de aventuras y otras actividades de nieve—, Aransa —en un refugio montañoso donde impera el esquí a través de bosques de pino negro— o el Parador Canaro —para esquiadores principiantes y con pista de trineos para niños— ejemplifican bien ese crisol.

Un país donde el frenesí y la tranquilidad, y lo extremo y lo aplacible, se fraguan en un territorio cuya fuente de vida es inagotable.

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